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El gran cañón de la península Ibérica

2016/05/27

Allí donde el Duero se convierte en frontera con Portugal y se encaja en un sorprendente desfiladero hasta formar los cañones más profundos y extensos de la península Ibérica se encuentra la comarca deLos Arribes, un espacio natural privilegiado, afortunadamente poco explotado, que impacta por su belleza agreste, sus imágenes inesperadas y su peculiar y variada fauna y flora.

Un paisaje grandioso, sobrevolado por buitres leonados, águilas, halcones y cigüeñas negras, que para algunos es el pariente hispano-luso del Gran Cañón. No les falta razón. Este río, que fluye entre dos países formando la frontera más vieja e impermeable de Europa a lo largo de unos 200 kilómetros de abruptas laderas, en una zona poco poblada y con escaso desarrollo económico, ha ido esculpiendo un tajo a lo largo de millones de años que ha formado barrancos y acantilados de vértigo.

Este parque natural, a caballo entre las provincias de Salamanca y Zamora, es uno de los rincones más vírgenes de España. Su diversidad queda reflejada en lugares como el paraje de Ambasaguas, donde confluyen los ríos Tormes y Duero, el peñón de la Peña Gorda o la cascada del Pozo de los Humos, un gran salto de agua que se precipita desde una altura de más de 200 metros.

A caballo entre Salamanca y Zamora, es uno de los rincones más vírgenes de España

El caudal del Duero es aprovechado para producir energía eléctrica desde hace años. A lo largo de su cauce se suceden numerosos embalses y presas que, en conjunto, reciben el nombre de Saltos del Duero.

Gracias a ellos, el río Duero es navegable. Una suerte para los visitantes, porque para contemplar en todo su esplendor este espacio natural lo mejor es hacer un crucero fluvial.

Se puede elegir entre distintos barcos turísticos que parten desde Aldeadávila de la Ribera y Vilvestre, en Salamanca; desde Fermoselle, en Zamora, o desde Miranda do Douro, en Portugal.

Desde la Estación Biológica Ambiental, en Miranda do Douro, también parte un paseo más especial. No es el típico crucero turístico, es una excursión didáctica, acompañada por personal cualificado, guías y biólogos, que explican los puntos de interés del recorrido.

 

Alrededores de Fermoselle.

Está organizado por la sociedad Europarques hispano-lusos, un proyecto medioambiental cofinanciado por la Unión Europea.

Algunos puntos de interés que se pueden observar a lo largo del recorrido, que dura entre hora y media y dos horas, son el pozo de las nutrias, los nidos de cigüeña negra, una encina centenaria suspendida en el borde de un acantilado, la peña del oso, la cascada de invierno, el área del águila real o el paso de las Estacas, la ruta utilizada por los contrabandistas a finales del siglo XIX y principios del XX, hoy un sendero invadido por la vegetación pero que fue entrada de contrabando cuando el Duero no había sido aún represado y permitía su paso entre piedras, no sin riesgo de ser arrastrados por las aguas.

Además, el Parque Natural Arribes del Duero cuenta con un extenso patrimonio histórico y cultural en el conjunto urbano de algunos municipios como Fermoselle. A un paso de Portugal, esta localidad zamorana forma parte de la comarca de Sayago. Con unas impresionantes vistas del río Duero, este territorio está literalmente en el interior del parque.

Pero desde Fermoselle, declarada conjunto histórico-artístico, también se contempla el paso del río Tormes. Desde el mirador de Torrejón no solo se ve el río, sino también los campos circundantes y el casco antiguo, rodeado de murallas, aunque solo queda en pie una puerta, que llaman El Arco.

Las calles trepan sobre el desnivel en el que se asientan y muchas casas aprovechan la base de roca como cimientos. Sobre esa base, los lugareños aprovecharon para entrar tierra adentro y cavarbodegas subterráneas. En total hay más de mil, pero las más interesantes se encuentran en la calle de Requejo.

http://cincodias.com/cincodias/2016/05/26/sentidos/1464262281_220433.html